Desde que tenemos recuerdo, el Árbol de Navidad se arma cada 8 de diciembre y se desarma el Día de Reyes, el 6 de enero.
No hay una versión única sobre qué simboliza el árbol de Navidad. Aunque la más aceptada es que representa la vida, el universo y el amor de Dios. La tradición de decorarlo no es original del cristianismo porque muchas culturas a lo largo de la historia lo han hecho como modo de ofrenda a sus dioses.
En la antigüedad, los germanos pensaban que la Tierra y los Astros pendían de un árbol gigantesco y que en su copa estaba el cielo y en sus raíces el infierno. Para celebrar el solsticio de invierno, decoraban un roble con antorchas y bailaban a su alrededor.
En el año 740, San Bonifacio, evangelizador de Alemania e Inglaterra, reemplazó el roble por un pino, para que representara a la Santísima Trinidad como símbolo de amor eterno de Dios y de vida eterna. Ese árbol era adornado con manzanas, como símbolo de la tentación cristiana, y con velas, por la luz del mundo.
Hay quienes dicen que Martín Lutero fue el primero que le puso luces en el siglo XVI. La estrella en la parte más alta del árbol representa la estrella de Belén y simboliza la fe del cristianismo.
En 1605, en Alemania comenzó la tradición de decorar el pino con bolas y guirnaldas, para darle calidez al frío del invierno. En 1841 se vio por primera vez en el Castillo de Windsor en Gran Bretaña de la mano del príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria. En 1870, la costumbre se extendió a España.
La fecha para armarlo: el 8 de diciembre de 1854, el papa Pío IX declaró el Dogma de la Inmaculada Concepción de María, en el que se eximía a María de todo tipo de culpa o pecado por la concepción de Jesús. A partir de allí, se festeja el día de la Inmaculada Concepción de María, es decir, el día que San Joaquín y Santa Ana concibieron a la Virgen María.
La tradición de armar el árbol de Navidad el día de la Inmaculada Concepción nació en Italia en honor a la Virgen María, quien trajo al mundo a Jesús. Con el correr de los años, se extendió a Argentina, donde hay gran cantidad de inmigrantes italianos, y a otros países de América del Sur.