El Pensamiento es un minúsculo pueblo del interior de Buenos Aires, ubicado en el partido de Coronel Pringles. Supo contar con mil habitantes pero hoy solo cuenta con cuatro y busca "volver a ser" en el entramado turístico de la zona.
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La iniciativa intenta levantar el interés por la pequeña población a través de la puesta en funcionamiento de un viejo almacén de ramos generales, propiedad de Raúl Alfano. "Es muy emocionante, el almacén puede hacer que el pueblo tenga una nueva oportunidad”, expresó en diálogo con La Nación.
Con esa intención, el dueño convoca a familias emprendedoras que quieran hacerse cargo del local, que se encuentra en alquiler. "Gente honesta, con ganas de trabajar y hacer todo legal. Solo se atenderán propuestas serias y de postulantes con recursos económicos”, aclaró sobre el perfil de los interesados.
En relación al almacén, está en buenas condiciones. Fue construido en 1940 y conserva piso en damero, estanterías y mostrador originales. También tiene una casa en la parte de atrás que necesita restauración.
Además del mencionado inmueble, en El Pensamiento hay solo dos edificios más que siguen en pie: la escuela, que cuenta con siete alumnos, y la estación de tren, que quedó obsoleta luego de que el ramal Mitre dejara de funcionar en los años 70. Pequeño detalle: el pueblo no cuenta con energía eléctrica.
En la escuela, por ejemplo, tienen pantallas solares, pero se les limita el uso de elementos educativos y para el quehacer diario.
Alfano quiere que el almacén reviva al pueblo y sea una especie de sucursal del tradicional Almacén Colón, fundado en 1903 en la ciudad cabecera Coronel Pringles. Además, tomó de referencia el Paraje La Paloma, que está a solo 20 kilómetros de distancia de El Pensamiento.
En ese lugar, una familia de cuatro integrantes renovó una escuela, la acondicionó como un museo y transformaron las dos hectáreas disponibles en un polo productivo. Allí se venden quesos, gancia artesanal, salames, dulce de leche y comidas típicas.
Habitantes de La Paloma aseguraron a La Nación que "el cambio lleva tiempo, pero es positivo, ya que todos los fines de semana reciben gente y ni qué hablar en vacaciones".
“En El Pensamiento podría pasar lo mismo, el almacén puede transformarse en un destino buscado, en los caminos rurales siempre hay gente que quiere comer algo, comprar víveres”, agregó Alfano.