Agustina Lusky es la dueña de Ravioli, al principio le tenía miedos a las cucarachas, pero ahora es una especialista de estos ejemplares.
Todo comenzó cuando a las manos de Agustina le llegó una tarántula y para cuidarla debió aprender todo sobre cucarachas.
"Si bien siempre fui muy bichera, las cucarachas no me gustaban para nada. Las respetaba y me daban lástima pero no podía dejar de sentir cierta aversión hacia ellas", recuerda.
Fue ahí cuando se propuso superar su miedo y "empecé a observarlas de cerca y a tocarlas y, a los pocos días, ya me las estaba poniendo en la cabeza o sacándome fotos con algunos ejemplares en la cara", explica Agustina que tiene una peluquería canina.
Así fue como el mundo de la cucaracha la atrapó por completo y comenzó a aprender sobre la Gigante de Madagascar (Gromphadorhina portentosa), una clase de cucarachas que llegan a medir hasta 7 cm de largo. Son muy delicadas, no toleran las bajas temperaturas y, fuera de su hábitat natural, no sobreviven.
Un amigo le regaló cinco cucarachas bebés y empezó a subir fotos de ellas en las redes sociales. La mayor atención fue para el ejemplar macho, que por su tamaño le pusieron Ravioli. El tiene dos años y vive en una casita de muñecas.
Come balanceado para gatos, comida de peces y tiene fascinación por la zanahoria y el zapallo. Su fama lo lleva virtualmente por el mundo y en auto por el país.
Su dueña le creó una página de fans, llamada Roach Trip donde sube fotos y videos de las cucarachas con vestiditos y en viajes. La idea, según Agustina, es que la gente cambie el asco y repulsión hacia ellas.
Ravioli se hizo conocido en todo el mundo, salió en importantes diarios como Huffington Post y Daily Mail. Y hasta llegó a un programa americano, RightThisMinute, donde salen los mejores videos virales del momento.