Hay que tener coraje para meterse en agua helada. Y aunque es una tradición para recibir el solsticio que da inicio al invierno en el hemisferio sur del planeta, hay que dejar de lado las inhibiciones y la ropa de lado.
Lo único que puede vestirse es un gorro rojo. El resto del cuerpo sólo como Dios nos trajo al mundo.
El frío es de tal magnitud que en las estaciones australianas Casey, Davis y Mawson tuvieron que perforar el hielo del Océano Antártico para poder lanzarse al agua. En la isla subantártica Macquarie el baño se hizo directamente en el mar helado.
El objetivo del festejo es celebrar el sol. Según el líder de la estación Mawson, Jenny Wressell “el solsticio es un punto de inflexión para nosotros. Celebramos el hecho de que logramos pasar el día más corto y, tenemos la esperanza de volver a ver el sol nuevamente”.
La fría celebración ya es un clásico y se repite todos los años.