En la lista del casamiento, celebrado en Salta durante el 2015, la mayoría de los invitados anotados por la novia eran los mismos que los del novio. ¿La razón? Yolanda Torres y Mauricio Ossola, integrantes del nuevo matrimonio, tenían una familia en común y eran parientes entre sí: tía abuela y sobrino nieto, respectivamente.
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Además del dato del parentesco, también llamó tanto la atención la actividad y edad de los novios. Él era un abogado de 23 años, ella una jubilada enferma de 90.
Ossola pasó por tres estados civiles en un año: soltero, casado y viudo. En el 2016, la señora Torres murió de una infección. En uso del derecho sucesorio, el que había sido su marido por tan poco tiempo concurrió al Anses para tramitar la pensión, pero no obtuvo un resultado positivo.
Como el organismo de seguridad social le negó otorgar el beneficio, el joven abogado prometió llevar el caso hasta la Corte Suprema de Justicia si fuera necesario. Sostiene que no existen impedimentos legales para cobrarlo.
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"Yo amaba a Yolanda del modo más puro en que se puede amar a alguien", declaró el viudo a El Tribuno de Salta. Agregó que se trató de un acto de última voluntad, de una mujer agradecida por la atención recibida en su enfermedad.