Podríamos decir que las mujeres japonesas son motivo de envidia para otras mujeres en el mundo. Comen mucho arroz y fideos, pero lucen figuras esbeltas. Esto se debe a que la elevada ingesta de hidratos de carbono es equilibrada comiendo pescado, frutas y verduras. Además de tomar agua y hacer mucha actividad física.
La población japonesa, que apenas tiene una tasa de obesidad de sólo el tres por ciento, conjuga una serie de factores que hace que a pesar de que basan su alimentación en estos alimentos no engordan.
Porciones pequeñas, muchas verduras y pescado y un alto nivel de actividad de la sociedad en general, son parte de las claves de la delgadez, de acuerdo a los expertos.
“Las mujeres japonesas no envejecen ni engordan”, es el título del best seller de Naomi Moriyama, la japonesa que viajó a Estados Unidos y engordó 11 kilos en dos meses. Según ella, la alimentación japonesa se basa en un 12 por ciento de proteínas, 25 de grasas y un 63 de hidratos de carbono. Y un punto clave es el alto consumo de pescado, que aporta grasas buenas evitando las saturadas.
Los secretos japoneses
La comida es cocinada al vapor, no hay pan ni galletas en el almuerzo ni en la cena, sino un pequeño platito de arroz, sin sol ni grasa. Además, la autora de este libro señala como claves de esta exitosa dieta un bajísimo consumo de azúcar y un alto consumo de agua, que ronda entre los 8 y 12 vasos diarios.
Algas, soja y té completan la lista de los más elegidos por estas mujeres cuya expectativa de vida promedio es 87 años. Imposible no sentir una sana envidia.