A Thomas Moore su mamá le explicó lo que era el cáncer a los ocho años, cuando juntos vieron a una mujer sin cabello y desde ahí quiso dejarse crecer el pelo para ayudar a hacer pelucas para niños que padecen esa enfermedad.
Dos años después, el niño, originario de Maryland, Estados Unidos, cumplió su objetivo y extrajo dos grandes manojos de su abultada cabellera.
Todo comenzó cuando vio a su madre mirando un video en Facebook sobre Kyssi Andrews, una niña que estaba luchando contra el cáncer y había perdido todo su pelo. Entonces su mamá le explicó lo que era el cáncer y cómo la quimioterapia podía causar la caída del cabello.
Él no calculó cuánto tiempo iba a dejar crecer su pelo, "solo quería que fuera lo suficientemente largo para que la chica se sintiera feliz", contó la tía.
A media que le crecía el pelo tuvieron que hacerle trenzas cocidas para mantenerlo dócil. Su tía dijo que no la pasó bien y estuvo a punto de claudicar varias veces. Pero entonces recordaba la razón por la que estaba haciendo ese esfuerzo y siguió adelante.
El sábado pasado, acompañado por su madre y sus hermanos, Thomas finalmente se cortó el pelo.
La tía twiteó las fotos de él antes y después del corte y se volvieron virales, siendo compartidas más de 60.000 veces.
La cantidad de pelo era suficiente para hacer tres pelucas.