Es una muerte cada vez más común. Tanto, que en 2015 hubo más fallecimientos por selfies que por ataques de tiburones. Esta vez le tocó a un turista alemán, al querer tomarse una autofoto en el Machu Picchu, Perú.
La víctima fue identificada como Oliver Pats, de 51 años, quien intentó tomarse la selfie en una zona prohibida para los turistas. Fue una decisión fatal: cayó a un abismo de unos 400 metros de altura y murió.
Un vigilante vio todo y alertó a los rescatistas para auxiliar al alemán, que cayó a una zona selvática y con rocas.
El cuerpo sin vida del turista fue recuperado y será trasladado hacia la morgue de la ciudad del Cusco. Según distintos medios peruanos, ningún familiar de Pats se comunicó todavía con las autoridades.