Cada vez que nos peinamos o nos lavamos la cabeza nos angustiamos porque gran parte de nuestro cabello queda en las manos, en nuestro cepillo o en la ducha. Sin embargo, especialistas sostienen que no hay de qué preocuparse porque es algo fisiológico: “en el cuero cabelludo tenemos pelos en distintas fases, algunos están creciendo, otros están estabilizados y otros se tienen que caer”.
Además, aseguran que en muchos casos, la caída del cabello se debe a una reacción al momento del año en que estamos viviendo y un recordatorio de nuestro pasado. Se estima que todos los días perdemos entre 50 y 100 cabellos. ¡Tranquilos! Se caen y se renuevan a diario. El recambio ocurre en las épocas de final del verano y el inicio del otoño.
Por lo tanto, si el pelo recambia, uno está sano. Si se cae, estamos hablando de una buena señal, porque el pelo nuevo que está debajo está apretando para que caiga el viejo.
Según la revista de la escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, la caída del cabello se debe a diferentes factores:
- Efluvio telogénico agudo: sucede después de que la persona sufrió un estrés intenso o si hubo un cambio repentino en los niveles hormonales.
- Efectos secundarios por el consumo de un fármaco
- Alopecia androgénica o calvicie hereditaria: suele detectarse en cualquier momento de vida de los hombres, incluso durante la adolescencia. Sin embargo, las mujeres no están exentas.
- Síntoma de una enfermedad
- Una infección por hongos en el cuero cabelludo: el pelo se quiebra y se desprenden escamas.
- Alopecia areata: se trata de una enfermedad autoinmune y provoca que el cabello se caiga en una o más áreas pequeñas.
- Alopecia traumática: sucede cuando las personas se exceden en técnicas de peluquería agresivas.