Piletas, ríos, lagos, mares y algún que otro vaso de agua fría. Atrapados en el bolsillo o víctimas de descuido, los celulares más de una vez terminan en el agua y provocan la desesperación de sus dueños. ¿Cómo rescatarlos? La revista Muy interesante dio algunos consejos.
El primero es reaccionar rápido: extraer la batería, la tarjeta SIM y cualquier tarjeta de memoria. Si la batería es interna, hay que apagar el equipo. Si cayó al mar, es preferible sumergirlo en agua destilada dos o tres segundos para eliminar la sal y proteger los circuitos internos.
Luego, es útil sacar el líquido con una aspiradora, separándola unos centímetros de la superficie del aparato. También puede resultar aplicar sobre la carcasa el aire frío de un secador durante unos pocos segundos.
Cuando no quede agua, es fundamental meter el teléfono en un recipiente con arroz, bolsitas de gel de sílice (que traen los dispositivos). Eso sí: hay que armarse de paciencia y dejar reposar durante al menos 24 horas. Recién ahí, se puede probar volver a encenderlo.
