Un estudio recientemente publicado en la prestigiosa revista científica Nature, plantea que las personas buscamos parejas sexuales con un antígeno leucocitario humano (HLA) muy distinto al propio. ¿A qué se refiere? Al sistema imunológico, que es el que permite a nuestro cuerpo diferenciar entre nuestras células y células peligrosas como virus y bacterias, y sobre el cual nuestro organismo desarrolla su sistema de defensa.
El aspecto curioso al que arribó el estudio, que analizó la conducta sexual de 254 personas, es que la atracción de nuestros cuerpos está en relación directa con los anticuerpos de la otra persona, y que el HLA se relaciona con nuestra sexualidad y con nuestro deseo de procrear.
Y descubrieron algo más significativo aún: que en las parejas con mayor diferencias de antígenos había una mayor satisfacción sexual. Estas parejas también "incrementan la posibilidad de que su descendencia tenga resistencia a un número mayor de enfermedades", porque la mezcla de genes que se da en sus hijos toman los elementos del sistema inmunológico de ambos.
La investigación también dio pistas sobre cómo nuestro instinto sexual distingue a ese "opuesto", y al parecer nuestro cuerpo lo descifra mucho de que nosotros lo sospechemos. Está probado que ciertos componentes de nuestro antígeno leucocitario humano ( HLA) se encuentran en fluidos como sudor y saliva.