Tatuarse el nombre de un hijo es una práctica cada vez más común. Lionel Messi es uno de los ejemplos más emblemáticos de esta tendencia. Y una mujer sueca quiso sumarse a la movida, pero sus planes no salieron como esperaba.
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En Kyrkhult, Suecia, Johanna Giselhall Sandstrom le pidió a un tatuador que inmortalice los nombres de sus dos pequeños: Kevin y Nova. El artista obedeció, pero sumó una letra. En lugar de "Kevin", escribió "Kelvin".
"Me dibujó el diseño y no preguntó nada sobre la ortografía, así que no le di más vueltas", explicó la damnificada al sitio local Blekinge Lans Tidning. Recién notó el error cuando llegó a su casa. "Mi corazón se detuvo, pensé que me iba a desmayar", aseguró.
Volvió al local, pero la única solución que le ofrecieron fue un reembolso. La mujer, decidida a no querer atravesar costosos y dolorosos tratamientos para quitar el tattoo, tomó una insólita medida: le cambió el nombre a su hijo, con el visto bueno de su esposo.
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"Nunca antes había escuchado el nombre Kelvin. Me di cuenta de que nadie más tenía este nombre. Se convirtió en único y ahora creemos que es mejor que Kevin", contó. Ahora que tuvo a su tercer hija, Freja, Johanna aseguró que escribirá y chequeará "diez mil veces" el nombre antes de pasar por la aguja.