Se le inflamó el cuello y tuvo que ir a un hospital. Ese fue el temible cuadro que sufrió un hombre de 30 años después de aguantarse un estornudo mientras manejaba.
El insólito accidente ocurrió en la ciudad de Dundee, en Escocia. El joven, que padecía de rinitis, se apretó la nariz y la boca para reprimir la reacción alérgica y la presión generada por sus pulmones le desgarró la tráquea.
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Los médicos que lo atendieron le realizaron una radiografía y encontraron una herida de dos milímetros. Aunque no fue necesario que lo operaran, tuvo que permanecer 48 horas internado y lo trataron con anestesia para aliviarle el dolor.
Desde la Universidad de Dundee expertos señalaron que si se cierran las vías respiratorias durante un estornudo, el aire puede aumentar hasta unas 20 veces. Eso puede desatar otro tipo de lesiones como aneurismas, roturas de tímpanos e incluso traumatismos en las costillas.