Los científicos chinos perdieron el control del aparato en 2016. Desde entonces, siguen su trayectoria pero en las últimas horas lanzaron la advertencia en la ONU, tras perderla por completo.
Además, informaron que se trata de un objeto que pesa 8 toneladas y media.
Si bien, mucha de la chatarra espacial se desintegra cuando hace contacto con la atmosfera no parece ser este el caso. Se trata de una máquina construida con piezas resistentes a las altas temperaturas.
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El descenso será descontrolado y nadie puede determinar el daño que eventualmente podría ocasionarle a la gente. Si pasan, los restos podrían tener el tamaño de una bola de Bowling.
En otros casos, los científicos logran identificar el área geográfica de la caída y por lo general el descenso es controlado.
Los cálculos realizados dicen que el riesgo de impacto sobre una población es de menos de 25 personas por kilómetro.