Como en Ascochinga pero esta vez no era un caballo sino un cocodrilo y en el extranjero. El reptil que habita en aguas saladas se tomó el atrevimiento de probar otro tipo de "líquido", pero no se percató de que era propiedad privada.
El pobre animal no tuvo mejor idea que zambullirse en la pileta de una familia de Los Cayos de Florida, Estados Unidos. El dueño llegó a su casa y, ¡flor de susto! De inmediato llamó a las autoridades policiales para denunciar que un "extraño" había usurpado su piscina.
Agentes encargados de la Comisión de Fauna de Florida junto con los oficiales lograron sacar al cocodrilo de la pileta y lo devolvieron a su hábitat, donde seguramente va a ser mucho más feliz.
El animal silvestre medía tan sólo 2,44 metros y tenía ochos pies. Como pancho en su casa flotaba en el agua cristalina. Este tipo de cocodrilo es una especia en peligro de extinción y vive en aguas salobres en el sur de Florida y Los Cayos.