El hombre lleva 15 años en la playa que está en la parada 49, al frente del tradicional restaurante Bagatelle, en La Barra. "Tengo la suerte de estar en un lugar muy concurrido”, le contó humildemente al sitio El Observador.
El “naranjinta”, como se lo llamarían en Córdoba, explicó que para recibir las jugosas “propinas” hay un secreto como en todo los oficios. "No hablo cuando no me lo piden y contesto cuando lo necesitan. No pregunto, pero si respondo si lo precisan. El turista no quiere sentirse invadido ni observado. Soy cordial, les devuelvo siempre una sonrisa pero no los molesto para nada", explicó.
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Tiene 48 años de edad, es oriundo de la vecina localidad de San Carlos y con lo que gana en dos meses vive la mitad del año sin sobresaltos. En enero, gana entre 200 y 250 dólares diarios. Algunos poderosos empresarios llegan con sus “maquinas” y hasta le confían las llaves para no perderlas. A su cuidado quedan BMW, AUDI, Ferraris, Volvos, Mercedes Benz y las marcas más caras del mercado.
La dirección de Tránsito de Maldonado está al tanto de la actividad y cómo parte de la política turística capacitan a este personal con charlas sobre atención al cliente. “Deben saber comportarse y entender que nuestros visitantes se sientan cómodos”, dijo Juan Pígola a cargo de la oficina.