Martín Landini, un niño de cuatro años de Mar del Plata, caminaba por la costa junto a su papá, cuando se vio sorprendido por esta curiosidad. El pequeño estaba explorando y encontró un conjunto de restos óseos.
Inmediatamente su progenitor dio aviso al Museo Municipal de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia. Allí el paleontólogo Matías Taglioretti, encargado de investigar, sostuvo que son “cerca de 1.500 huesos de pequeños animales, que pueden ser desde aves rapaces a sapos, ranas o roedores”.
Al parecer, podrían tener entre 500 mil y un millón de años y se trataría de un “hallazgo paleontológico de mucha importancia científica”.
Taglioretti explicó que lo encontrado se conoce científicamente como egagrópilas. Estos restos son bolas formadas por alimentos no digeridos que expulsan de su boca algunas aves carnívoras.