Los vecinos de Gerona, una pequeña localidad de España, no salen del asombro: en un prostíbulo muy concurrido de las afueras del pueblo, sortearon una canasta de Navidad, tal como organizan desde hace años.
La sorpresa fue mayúscula al conocer al ganador, que debía ser un cliente del lugar. Ese ganador fue don Nemesio, el cura de la zona.
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Inmediatamente, el párroco salió a apagar la polémica y aseguró que solo fue una vez al lugar y por un buen motivo: durante una mañana, se acercó para bautizar al bebé de una prostituta del lugar.
Para agradecerle, la trabajadora sexual le regaló un número de la rifa, que días después terminó siendo el elegido. Como gesto para cerrar el tema, don Nemesio donó la canasta navideña para Cáritas.