Los avances de la tecnología ya no perdonan a nadie. Los nuevos smartphones ya utilizan el reconocimiento facial como medida de seguridad para habilitar la pantalla del teléfono. Esta protección está diseñada para custodiar la información, pero una prueba simple puso en duda su efectividad.
Thomas Brewster, periodista especializado en ciberseguridad, encargó una copia exacta de su cara impresa en 3D. Se hizo la prueba en cinco celulares, un iPhone y cuatro dispositivos Android, poniendo su cabeza falsa delante de los dispositivos para intentar desbloquearlos.
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El resultado
Con la cara de Brewster, los Android se abrieron. Solo el iPhone resistió al desbloqueo y no se dejó engañar.
Al parecer, lo que parecía ser una novedad en materia de seguridad resulto ser tan vulnerable como cualquier otro sistema biométrico.