Para un cliente de una lavandería de autoservicio ubicada en La Coruña, España, era un trámite normal. Buscó sus pertenencias y salió caminando sin prisa. Unos pocos segundos después, el secarropa más cercano a la vidriera del local falló y en medio de una llamarada, explotó.
El frente del edificio quedó reducido a escombros. De haber estado allí dentro, probablemente el afortunado sobreviviente hubiera tenido un trágico final.
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El departamento local de bomberos confirmó al medio ABC que el accidente ocurrió porque otro cliente se había olvidado un cargador de encendedores entre la ropa que puso a secar en el electrodoméstico.
Sin embargo, la misma fuente remarcó que la explosión no afectó a la estructura del edificio y que no hubo heridos, ya que no quedaba ninguna persona en el interior de la lavandería.