Faltaban pocos minutos para que finalizara el clásico Belgrano-Talleres en el Gigante de Alberdi cuando los fuegos artificales provocaron un descontrol en las tribunas. La pirotecnia comenzó a caer al campo de juego y el árbitro Fernando Rapallini ordenó parar la pelota ante el peligro que significaba para los jugadores. De hecho, familias se retiraron a las corridas por temor a lo que pudiera suceder.
Este episodio puso en alerta al Ministerio de Seguridad de la Provincia que, a través de los jefes policiales a cargo del operativo de seguridad, realizaron una denuncia ante el fiscal Guillermo González para que investigue cómo ingresó la pirotecnia.
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Altas fuentes del Gobierno de Córdoba remarcaron a ElDoce.tv que el operativo de la Policía fue “impecable” desde las 17:30 cuando abrieron las puertas del estadio hasta el final y que los efectivos hicieron su trabajo de manera correcta.
Ante esta situación, creen que la pirotecnia ingresó antes de la apertura de los portones y revelaron un episodio que les genera sospecha. Según indicaron, las cámaras internas de Belgrano se cortaron por alrededor de siete minutos y no descartan que en ese momento hayan distribuido las bengalas.
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A su vez, reportaron que lo único secuestrado fueron 12 bombas de estruendo, 736 bengalas luminosas y 10 bengalas tipo candela en la tribuna Cuellar baja. Y manifestaron que era de la misma marca y modelo que la arrojada en las otras dos tribunas.
La Provincia insiste en que estaba todo organizado porque “casualmente” los fuegos artificales comenzaron primero en el sector popular de los piratas, siguieron en la preferencial y luego en la Cuellar, pero ahí fue en menor cantidad debido a que ya habían secuestrado gran parte.