Días antes de jugar la Copa del Mundo de Qatar 2022, en la cual se consagró campeón con la Selección argentina, Alejandro “Papu” Gómez fue sometido a un control antidoping en Sevilla. En octubre de 2023 se conoció el resultado positivo de la prueba y decidieron suspenderlo por dos años.
El volante apeló esa resolución pero este viernes se conoció que dicha presentación fue rechazada. Ante el duro revés, el jugador admitió en las redes sociales que “es una noticia súper dolorosa” que lo “desilusiona mucho”.
Sin embargo, en la historia de Instagram que compartió este sábado advirtió cuáles serán los pasos a seguir: “Con mi equipo de trabajo y abogados vamos a seguir luchando hasta las últimas instancias para volver a jugar”.
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El Papu, que el último año quedó envuelto en una serie de rumores sobre una supuesta ruptura en la relación con el resto de los campeones del mundo de Qatar, agradeció los mensajes de apoyo y cariño recibido por sus seguidores.
“Acá estamos a pesar de las dificultades, más fuerte que nunca”, escribió el futbolista en el posteo que acompañó con una foto suya.
El control antidoping se realizó en noviembre de 2022, cuando el Papu jugaba en Sevilla. El resultado se conoció cuando ya había sido cedido al Monza de Italia.
Tras conocerse el examen positivo, el volante dijo que se trató de un accidente doméstico. Según su versión, tomó un jarabe que creyó que era “de miel y limón y no que tenía una droga como la terbutalina”, la cual no está permitida en las competiciones deportivas de alto nivel.
A su vez, reveló que se enteró del resultado del dopaje horas antes de la final del Mundial de Qatar, en la que Argentina venció a Francia por penales. Confesó que no pudo disfrutar del título porque sentía “temor e incertidumbre” en medio de la alegría por ser campeón del mundo.