La derrota de Talleres ante Sao Paulo por Copa Libertadores quedó en segundo plano por el escándalo entre los jugadores de la T y la policía brasilera que, fiel a su estilo, originó una secuencia de violencia en el estadio MorumBis.
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Todo comenzó apenas terminado el primer tiempo, cuando los futbolistas albiazules fueron a protestar al árbitro colombiano Jhon Ospina por la repetición del penal de Sao Paulo en el primer gol del local. En ese momento, uno de los tres policías brasileros que custodiaban al juez golpeó de un “escudazo” al arquero suplente de la T, Lautaro Morales.
Al ver el ataque del uniformado hacia su compañero, Guido Herrera estalló en ira e increpó al oficial. Asimismo, otros jugadores de la T se acercaron y se enfrentaron a empujones a los policías. Después de segundos de tensión, el plantel matador se fue al vestuario.
Una vez consumada la derrota, tanto Morales como el colombiano Juan Camilo Portilla fueron citados a declarar, tal como acostumbran en Brasil tras incidentes o inconvenientes en los estadios. Una vez cumplido el protocolo, con asistencia del consulado argentino en San Pablo, los futbolistas se sumaron a la delegación de la T que se retiraba del estadio.
“Seguramente va a volver a pasar”
Mientras se retiraba del MorumBis, Guido Herrera se refirió al encontronazo con la policía brasilera. “Son cosas que no tienen que suceder. Me llamó la atención la frialdad con la que lo hicieron”, remarcó en relación a la agresión a su compañero.
“Seguramente va a volver a pasar, pero siempre pasa acá. Mañana juega San Lorenzo acá... ojalá no les pase nada. Solamente estábamos reclamando de buena manera”, cerró.