“Basta, basta. Andate Real”. El mensaje de Gastón Spotti Cajal en un video filmado por el periodista Pablo Chucrel a la salida del Gigante de Alberdi se volvió viral entre los hinchas de Belgrano y luego se replicó entre los simpatizantes de los otros clubes de Córdoba.
Los futboleros cordobeses acogieron en las redes sociales a este joven con síndrome de Down y rápidamente lo bautizaron con un término bien tuitero: “El Chad”. Se trata de una manera de denominar a alguien que por sus acciones sobresalientes refuerza supuestos estándares masculinos. En resumen, una especie de sinónimo de la expresión “Qué hombre”.
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“Siempre le gustaron las cámaras, y cuando lo veía a Chucrel haciendo notas a los hinchas, estaba firme como rulo de estatua esperando su turno para hablar. Donde va, se hace querer por su forma de ser y la cancha no fue la excepción”, contó su hermana Lucía a ElDoce.tv.
Y agregó: “Lo amaron y los mismos hinchas le empezaron a decir ‘El Chad’, a validar lo que decía en los videos. Hoy también le dicen ‘la Cabra’ y algunos lo llegaron a calificar como ‘el más grande de todos los tiempos’”.
Con las repercusiones de los videos los hinchas le empezaron a pedir fotos a la salida de la cancha, sin importar el resultado. “Piden silencio para que hable ‘El Chad’. Muchas páginas retuitean sus videos y reacciones, y la gente comenta libremente. Hay comentarios lindos, otros burlones. Hay gente de todo tipo, pero por lo general son comentarios buenos. Gasti lo toma con buen humor, se ríe cuando hay alguno que dice ‘no se le entiende nada, pero tiene razón’. Se tienta y seguimos leyendo”, añadió.
En relación a sus formas de comunicarse, su mamá Verónica contó: “Siempre trabajamos la comunicación porque nadie le entendía nada. Él entiende perfecto pero no le entienden a él. Con el tiempo y mucho apoyo fue siendo más paciente y empático con el que no le entiende”.
Fue tal el furor de los videos de Gastón que el ex DT, Juan Cruz Real, se contactó con la familia porque quería hacerle un regalo de parte del equipo. A pesar de haber recibido reproches del joven viral, tuvo la grandeza de regalarle una camiseta con su nombre y el número 10, con la firma de todo el plantel.
Sin embargo, la historia de Gastón es mucho más que una serie de videos virales a la salida de la cancha. Se trata de una vida de esfuerzo, alegría, resiliencia y de luchar por los sueños. Una experiencia “a lo Belgrano”, como a sus hinchas les gusta decir.
100% pirata
“Gastón es un niño que nació con estrella. Con su carita, alegría, rebeldía, era el malcriado, el benjamín de la casa. Es compañero, divertido, con carácter fuerte, que no le gusta que le digan qué hacer. Es creador, un tipo que arremete con lo que se le ponga enfrente, no le tiene miedo a nada, es un valiente”, expresó Verónica, rebosante de orgullo.
Así como lo definió su madre, “El Chad” le pone el pecho a la mala actualidad de Belgrano y va religiosamente a la cancha cada vez que su equipo juega de local. La pasión por el Pirata llegó de rebote, de la mano de su cuñado Javier. “En 2006 lo empezó a llevar a la cancha, a enseñarle la lealtad a los colores. Gastón es apasionado de la cancha, pero también de las callecitas de Alberdi, de su gente y, en el mejor de los casos, de un rico choripán. Pase lo que pase, él es pirata”, contó su mamá.
Lo que en un principio fueron idas esporádicas al Gigante mutaron en un carnet de socio y en su propio lugar en la tribuna Heredia. El problema llegó el día que Javier, su “pana de cancha”, le dijo que no iba a ir. Al enterarse, todo fue desilusión. Pero su hermana Lucía no resistió ver su desazón y le preguntó: “¿Te animás a ir solo?”. La cara se le iluminó y se fue para Alberdi.
La experiencia fue un éxito y cada vez que Javier no puede ir al Gigante, Gastón va caminando desde su casa en barrio Observatorio, en donde vive junto a Lucía. Pero eso no significa que ella le haga las cosas. Nada de eso. El joven tiene su propia agenda pegada en su cuarto para ordenar su semana.
“Pasó a vivir conmigo, mi pareja y mi hijo para que sea una relación mas de pares, todos con las mismas responsabilidades y sin la figura de ‘mamá’ que, naturalmente, es un rol que tiende a reemplazar o aminorar las cargas de los hijos en la convivencia, el día a día y las tareas cotidianas. Había que cortar el cordón umbilical para que él pudiera hacerse cargo de sus responsabilidades”, explicó su hermana.
De esta manera, el joven de 26 años trabaja diariamente en reforzar su independencia con un agitado cronograma: trabaja en un restaurante de la calle Estrada, vende frutos secos, va a sus sesiones con la psicopedagoga, entrena en el gimnasio y juega al fútbol en la Fundación Empate. Un todoterreno 2.0. “Se maneja perfecto con sus horarios y responsabilidades”, remarcó mamá Verónica.
Entre sus hobbies también se encuentra el de pintar, jugar a la computadora y aprender sobre la anatomía humana. Aunque su verdadera pasión está en el fútbol. Y la Fundación Empate tuvo muchísimo que ver en afianzar ese vínculo de “El Chad” con la redonda.
El lugar preferido
Gastón Spotti puede afirmar con orgullo que es de los que está en Empate desde el origen de la fundación. “Gastón está desde el principio de Empate, desde la primera clase del 16 de febrero de 2017. Nunca dejó de ir y marcó un gran ejemplo en su agenda”, afirmó Germán Laborda, impulsor y profe de Empate.
Con el paso de los años, mostró una marcada evolución en sus hábitos de juego y fue sorprendiendo año a año a los coordinadores. “Empate siempre representó mucho para él, tiene un sentido de pertenencia muy grande por Empate, lo siente mucho”, expresó Laborda, aunque la madre de “El Chad” reconoció que al principio era difícil que entendiera que tenía que usar una camiseta que no fuera la de Belgrano.
Tanto entusiasmo y dedicación por “su lugar en el mundo” trajo frutos cuando fue citado para la Selección de Futsal para participar de la Copa Sudamericana 2024 en Chile. Además de colaborar futbolísticamente en el título obtenido, tuvo un enorme gesto con un compañero. “En la final, Daniel uno de los delanteros, se olvidó los botines en el ómnibus y Gastón le prestó los suyos para que jugara. Encima, Daniel hizo tres goles en la final”, relató Laborda, pintando de cuerpo entero la personalidad de “El Chad”.
Sin embargo, su viaje al país trasandino no llegó de arriba. Hubo que recaudar fondos y para eso hubo ayuda de todos. Tanto de mamá Verónica y la familia, como de Empate y de los tuiteros que se conmovieron con su sueño de jugar la Sudamericana.
“Ya habían cubierto los gastos, pero Pablo Chucrel le preguntó si necesitaba ayuda, Gastón le pasó su alias y comenzó la colecta, impulsada también por otros influencers piratas. Le llegaron aportes de todo tipo. Con esa plata compramos zapatillas, pantalones y ropa que le hacían falta. Quedó muy agradecido y sorprendido de lo que generó”, contó Verónica, emocionada.
Así es Gastón, “El Chad”, “La Cabra”. Un joven que demostró que es mucho más que un simple viral. Un tipo “con la capacidad de generar empatía, alegría y movilizar corazones”, tal como lo definió su madre.