El clásico cordobés está a la vuelta de la esquina y los hinchas de Belgrano y Talleres ya palpitan el duelo del domingo 30 a las 15 en el Gigante de Alberdi.

Con las sensaciones a flor de piel, las veredas opuestas se envalentonan, chicanean, apuestan, prometen y sacan a relucir su pasión por los colores, aunque las realidades del Pirata y de la T no sean las mejores.

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Y en ese marco de fervor y ansiedad por la fecha que se aproxima están los que cruzan los límites de lo convencional para demostrar que su amor es genuino, puro e incondicional. Tan así como para nombrar a sus hijos con evidentes guiños a Belgrano y Talleres, como es el caso de Pedro Daleb Galíndez y Santino Dalet Romero, respectivamente.

Familia 100% pirata

Los Galíndez respiran Belgrano las 24 horas en barrio José Ignacio Díaz. Papá Mariano sigue a la B a todos lados y lo alienta desde la popular. Adoptó la filisofía de vivir “a lo Belgrano” al pie de la letra al punto de ponerle Pedro Daleb (como un grito de “Dale B”) a su hijo menor.

Allá por 2017 el pequeño fue noticia por haber sido anotado en el Registro Civil con su particular denominación. “Nunca pensamos que iba a repercutir tanto. Es mi hijo y cada uno le pone el nombre que le nace”, expresó Mariano en una nota con El Doce en aquel entonces.

En diálogo con ElDoce.tv, el padre del niño contó que la idea del nombre nació en una juntada con otros hinchas de la B. “Estaba enojado con la madre del chico y a mi hermano se le ocurrió Daleb. Igual después ella no tuvo problemas con la elección porque también era fanática del Pirata”, indicó.

Actualmente Daleb va al Gigante de Alberdi cada tanto, pero siente la camiseta como cualquier Galíndez que se precie de tal. “Es más tranqui pero le gusta ir a la cancha”, agregó.

Otro de los hijos de Mariano se llama César, el “Rata”, un talentoso zurdo que se destaca en las inferiores del Pirata. Recientemente representó a un combinado sub-20 de Belgrano en la Copa Libertadores de la categoría y salió tercero. “Son muchas emociones pero por el momento hay que disfrutar que esté ahí”, aseguró, a la vez que contó que el chico es fanático de la B, pero su profesionalismo le impide estar en la Popular Pirata junto a su papá. Una familia pintada de celeste.

Enfermedad albiazul

En Yocsina viven los Romero, una familia cuyo denominador común es la locura por Talleres. Y los nombres de los hijos también tienen su lazo albiazul, al extremo de que el más pequeño es Santino Dalet (como un grito desaforado de “Dale T”). “Fue todo un tema con mi señora. En cada hijo que hemos tenido ella eligió un nombre y yo el otro. Con la nena yo quería ponerle Blanca Azul pero a ella le gustaba Alma”, expresó papá Sergio en diálogo con ElDoce.tv.

“Cuando vino Santino era de vuelta ‘un nombre y un nombre’. Ella eligió Santino y yo Dalet. Ella no quería saber nada pero las reglas eran claras”, agregó entre risas y contó que la reacciones de los trabajadores del Registro Civil fueron de alegría.

Sin embargo, Sergio no se quedó de brazos cruzados y, con picardía bien cordobesa, indagó para ver si el nombre tenía algún significado. Como para ver si cazaba algún “gol de rebote”, como quien dice en la jerga futbolera. “En hebreo representa al número 4, y también significa ‘puerta a un nuevo comienzo’. Entonces hay veces que me hago el serio y salgo de paso con esa explicación”, añadió.

Bailarín y cantante en partes iguales, Santino Dalet tiene solo dos años, pero le bastan para llevar a Talleres a todos lados. “He criado un monstruo porque el gordito es muy hincha hue... con Talleres, está todo el día cantando cosas de Talleres”, contó su padre, orgulloso, aunque confesó que hay veces que el nene insulta a otros clubes. A partir de ahí la preocupación de Sergio radica en la posibilidad de que se escuche la voz de su hijo en el jardín insultando a clubes antagónicos. Un auténtico desborde de pasión.