El jefe de terapia intensiva de la Clínica Olivos, Fernando Villarejo, reveló que tanto el neurocirujano Jacinto Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, ambos imputados por la muerte de Diego Maradona, le habían pedido que sedara al Diez.
La declaración del médico tuvo lugar en el marco del juicio por el fallecimiento del astro del fútbol e hizo referencia a su internación por una operación en la cabeza, semanas antes del trágico final en una internación domiciliaria en Tigre, el 25 de noviembre de 2020.
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Según recordó Villarejo, en su estadía en la mencionada clínica Diego estaba inquieto, con ganas de irse y por momentos con un comportamiento “inmanejable”, lo que inquietaba a Luque y a Cosachov. Ellos consideraban que “era un paciente difícil de manejar desde el punto de vista conductual, por alguna abstinencia” y le pidieron colaboración al profesional.
“Necesitaban una especie de apoyo institucional para hacerle un tratamiento, para medicarlo. Lo que nos pedían era sedar al paciente, Cosachov y Luque me lo estaban pidiendo. Fue difícil esa reunión porque yo me negué específicamente. Me parecía que no era el lugar e hice constarlo”, dijo Villarejo.
Luego, el profesional explicó los motivos médicos que llevan a tomar la sedación como un camino a seguir. “Uno de los motivos por los cuales uno necesita una sedación es para iniciar un proceso de abstinencia o desintoxicación. La forma es sedarlo profundamente e ir reduciendo la dosis por 48, 72, 96 horas para que después de ese tiempo uno le pueda administrar sedantes en pequeñas dosis”, explicó.

No obstante, el jefe de terapia detalló que para él no era conveniente ir por esa vía y que les explicó los riesgos que implicaba tomar esa decisión. Además, recomendó un equipo multidisciplinario para tratar su cuadro. Pero sus sugerencias no fueron escuchadas y sedaron a Diego, según Infobae.
“Se decidió sedarlo. Hubo que ponerle un catéter venoso que no fue fácil porque no se dejaba. Lo tuvimos sedado 24 horas, pero uno sabe que cuando a un paciente se lo seda para revertir un proceso de abstinencia, se requiere un proceso más adecuado, con un horizonte que no se termina en 24 horas", declaró.
Villarejo decidió despertar de a poco a Maradona al ver que no había un plan específico a futuro para tratar la abstinencia tras la sedación. “Decidimos empezar a usar nuestro criterio y bajar la dosis de la sedación porque se soplaban nuestros vientos. Si pasaba algo era mi responsabilidad”, añadió.
Internación domiciliaria
Luego, Villarejo declaró que estaba en contra de que Maradona no fuera atendido en un centro de rehabilitación con personal multidisciplinario atento a su cuadro de abstinencia. No estaba de acuerdo con una internación domiciliaria.
Sus argumentos se basaban en las “idas y venidas de exaltación psicomotriz” con episodios esporádicos en los que el Diez se mostraba “excitado, malhumorado y agresivo”, los que evidenciaban que necesitaba atención cercana, con instalaciones y profesionales acordes a la gravedad de su caso.
Sin embargo, recordó que Luque se negó a esta opción y los médicos de Olivos respetaron su decisión ya que era el “doctor de cabecera de Maradona”.