La conmoción en Córdoba sigue latente tras conocerse la muerte de Lautaro Manieri, el adolescente de 15 años que se descompensó mientras jugaba al truco en la escuela Guarnición Aérea Ipet 251 y falleció al día siguiente en la Clínica Vélez Sarsfield.
Su caso se suma a otras tres muertes repentinas de menores ocurridas en menos de una semana en la provincia, lo que generó un fuerte impacto social y puso en el centro de la atención a la comunidad educativa y deportiva.
Lautaro cursaba el secundario y, además, era arquero de la categoría 2010 del Club Atlético All Boys, institución que lo despidió con profundo dolor en las últimas horas.
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Gabriel Peralta, coordinador de fútbol de la entidad, recordó los últimos momentos compartidos con el joven en una entrevista con Arriba Córdoba. “Lo vi por última vez el domingo cuando jugamos en la cancha de Juvenil de barrio Comercial. Fue lamentablemente su último partido. Lo vimos bien, estaba bien, no presentaba ningún problema. Cuando terminó el partido lo abracé, le dije que había tenido un muy buen partido, nos abrazamos sin saber que iba a ser el último abrazo que le iba a dar”, expresó conmovido.
El entrenador luego contó cómo se enteró del trágico episodio: “Me llamó un papá de la misma categoría contándome lo que había pasado. Estaba jugando al truco y de repente se empezó a sentir mal. Me llegué hasta la Clínica Vélez Sarsfield, a donde lo habían trasladado, y lamentablemente no lo pudieron operar. Le detectaron un coágulo en la cabeza en un sector que no se podía tocar, y lamentablemente terminó como terminó”.
+ VIDEO: la palabra del coordinador de All Boys a Arriba Córdoba:

Aún en estado de incredulidad, Peralta remarcó la calidez de Lautaro: “No puedo creerlo, sigo con la ilusión de verlo, era un chico muy buenito, muy querido y la verdad que todavía no caigo. Tenía todo por delante, era un chico muy bueno, ha dejado un vacío muy grande, se hacía querer por todos, siempre sonriente”.
La repentina partida del arquero golpeó no solo a su familia, sino también a sus compañeros de equipo, a los padres que lo acompañaban en cada partido y a toda la comunidad educativa de la Guarnición Aérea. En el club, donde compartió entrenamientos y amistades, se suspendieron las actividades durante toda la semana.