Alejandro Cabrera se mostró visiblemente emocionado tras el histórico ascenso del León del Imperio. “Se armó un grupo muy lindo, unas personas muy buenas, hemos armado un grupo muy unido más allá de buenos jugadores. Disfrutábamos ir a entrenar, nos juntábamos a comer, generamos una relación muy linda. Fuimos de menor a mayor en el campeonato y hoy lo coronamos de la mejor manera. Creo que es algo soñado”, confesó el mediocampista.
El camino no fue fácil para Cabrera, quien llegó al partido decisivo con molestias físicas que lo habían limitado en el primer encuentro. “Venía un poquito tocado del isquio que es lo que me hizo renegar todo el año, pero la verdad es que quería estar y en la semana regulé un poquito. Con algunas inyecciones logramos llegar, empatamos y logramos el objetivo que era ascender”, relató.
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El jugador destacó el apoyo incondicional de su familia en los momentos más difíciles. “Pienso en mi hija, en mi mujer que cuando la pasé mal me bancaron a muerte”, dijo quebrado. Además, recordó a sus padres y hermanos, quienes siempre lo acompañaron en los momentos complicados.
Cabrera también rememoró un momento crítico en su carrera. “Hubo un momento hace dos años atrás donde quise dejar el fútbol, y hoy estoy viviendo esto”, expresó, reflejando la magnitud de la emoción y el valor de haber superado obstáculos personales y profesionales.
Con su liderazgo dentro y fuera del campo, Cabrera se convirtió en un símbolo del equipo que consiguió el histórico regreso a la máxima categoría del fútbol argentino. Su emoción refleja no solo el triunfo colectivo, sino también la fuerza de quienes nunca dejaron de creer, dentro y fuera de la cancha.
