La tarde en Anfield se tiñó de emoción y respeto. Este sábado 27 de diciembre, en la previa del partido entre Liverpool y Wolverhampton por la fecha 18 de la Premier League, el estadio entero se unió en un conmovedor homenaje a Diogo Jota, el delantero portugués que murió en un trágico accidente automovilístico el pasado 3 de julio.
El recuerdo de Jota, que falleció pocos días después de casarse con Rute Cardoso y dejar a tres hijos pequeños, estuvo presente en cada rincón del estadio. Antes del pitazo inicial, dos de sus hijos, Dinis y Duarte, acompañados por otros chicos de la familia, pisaron el césped de la mano del capitán Virgil van Dijk. El defensor se puso a pelotear con ellos.

Al argentino Alexis Mac Allister también se lo vio saludando a los niños mientras estaban en el túnel a punto de salir al campo de juego.
Desde las tribunas, los hinchas observaron la escena en un silencio absoluto, mientras la viuda de Jota seguía todo con lágrimas en los ojos. En ese instante, sonó el himno del club, el clásico “Nunca caminarás solo”, y la emoción se apoderó de todos los presentes.
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El homenaje no terminó ahí. Cuando el reloj marcó el minuto 20, el número que Jota usó en sus últimos años en Liverpool, todo Anfield y los hinchas del Wolves se pusieron de pie. La ovación fue unánime, un aplauso cerrado que cruzó camisetas y rivalidades para recordar al portugués.
Después de ese momento tan especial, el fútbol siguió su curso. Liverpool se impuso 2 a 1 ante el Wolves, pero el resultado quedó en segundo plano. Lo que nadie va a olvidar es la imagen de los hijos de Jota en el campo, el abrazo de Van Dijk y el respeto de todo un estadio.
La memoria de Diogo Jota sigue viva en Anfield, donde cada hincha, cada jugador y cada familia sintió el peso de la ausencia y el valor del homenaje en fechas sensibles como estas de fin de año.







