Nada parece imposible para Elena Placci.A los 90 años, la cordobesa se consagró campeona mundial de natación dentro de su categoría en Singapur, donde se llevó dos medallas doradas y tres diplomas por sus cuartos puestos. Su historia es un ejemplo de superación, disciplina y pasión por el deporte.
Elena conquistó el oro en los 100 metros libres y en los 200 metros free, imponiéndose en su categoría y dejando bien alto el nombre de la Argentina. Pero no se quedó ahí: también alcanzó la cuarta posición en lo 50 metros espalda,5 0 metros crol y 100 metros espalda, quedando a un paso del podio y sumando diplomas que la llenaron de orgullo.
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“Fue un desafío para mí”, contó Elena, que viajó a competir a diferentes partes del mundo y nunca dejó que las dificultades la frenaran.

Su resistencia es tal que incluso llegó a competir con una rodilla quebrada: “En una competencia en Perú subí un escalón muy alto y escuché un crack. Nadé normal y al salir del agua la pierna se me puso toda gorda, ahí nos dimos cuenta”, relató.
Una vida dedicada a la docencia y un giro inesperado tras la jubilación
Elena dedicó décadas a la docencia, enseñando inglés en distintos colegios de la capital cordobesa. Pero fue recién al jubilarse cuando decidió dar un giro total a su vida.
“Yo solo nadaba como nadan los chicos en una pileta, pero no para torneos. Entonces me presenté en el círculo de la Fuerza Aérea, que tiene el círculo de máster para poder nadar. El profesor no me aceptó enseguida, me dijo que tenía que pulir los estilos”, recordó.

Lejos de desanimarse, Elena contrató a una profesora y empezó a tomar clases tres veces por semana. A veces, incluso se infiltraba en otras clases para entretenerse y seguir aprendiendo. Con paciencia y disciplina, fue mejorando y sumando experiencia hasta animarse a competir a nivel internacional.
“Lo hago porque puedo”: la filosofía de una campeona
Elena reflexionó sobre sus comienzos en el deporte a su edad. “Fue un descubrimiento para mí misma. Hay que tener mucha paciencia y disciplina también. Hace falta esa conducta. Yo lo hago simplemente porque puedo, porque tengo la posibilidad de hacerlo. Es un desafío para mí”, aseguró Elena, que hoy es un ejemplo para todos los que creen que la edad es un límite.






