En septiembre del 2008, Arantxa Sánchez Vicario se casó con Josep Santacana. Le confió su corazón y también su bolsillo. Peleó por ese amor y lo defendió contra viento y marea por mucho tiempo. Pero aquella novia feliz de hace una década, hoy está terriblemente triste y arrepentida.
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La ex tenista, que supo ocupar el primer puesto en el ranking mundial, enfrenta un complicado juicio por divorcio. A la quiebra sentimental podría sumarse también la financiera. Mientras ella trata de no perder la custodia de sus hijos e intenta salvarse de ir a la cárcel por una deuda millonaria, su marido está disfrutando del poder de los billetes con una nueva novia.
La familia Sánchez Vicario intentó impedir el casamiento, pero Arantxa no hizo caso. Desoyó el consejo sobre firmar un contrato matrimonial y negó la información que le dieron sobre los manejos amorosos y comerciales del entonces novio. No solo ignoró a sus propios padres sino que los acusó en la Justicia de haberse aprovechado de su fortuna.
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Yolanda López, anterior pareja de Santacana, declaró a Telecinco que su ex es "una persona manipuladora, que te embauca. Es muy fría y sólo busca objetivos". Además confesó que él la siguió buscando como amante, porque decía que estaba casado solo para que alguien que le solucione la vida.
"No tenía nada, pero manejaba el dinero de otras personas. Su objetivo principal era conseguir que Arantxa se enamorara y convencerla de que él tenía que administrar su dinero", reveló.