Todo ocurrió durante el partido del Alaró y el Collerense en Mallorca que lo disputaban niños de entre 12 y 13 años. En pleno juego, un grupo de padres comenzó a insultarse y pegarse, saltaron al campo y siguieron, a tal punto que se suspendió el partido y hubo más de 20 heridos.
El conflicto se desató cuando uno de los jugadores del Alaró le dio una patada a un rival, a causa de esa falta, los pequeños futbolistas comenzaron a discutir y empujarse entre ellos.
Pero la situación se torno mucho más violenta cuando los padres participaron del conflicto. Mirá el video.
Después de varios minutos de tensión, la policía intervino y se constató que varios adultos fueron trasladados a distintos centros médicos de la zona por diversas heridas. Lo paradójico es que ayer fue el día del padre en España y lejos de dar el ejemplo, hicieron una vergonzosa actuación.
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Cuando se logró volver a la calma, el árbitro decidió suspender el encuentro que tuvo lugar en el Estadio Municipal de Alaró.
El equipo visitante publicó un mensaje en su cuenta oficial de Twitter.