El nombre de Carolina “Chapita” Gutiérrez quedará para siempre grabado en la historia del deporte argentino. Como mujer rompió barreras en el boxeo y llegó a ser campeona mundial.
A pesar del retiro sigue ligada a su actividad, aunque ahora del lado de la enseñanza y como coordinadora de programas para jóvenes. En una entrevista en el programa Mi Otro Yo (todos los viernes 21hs. por Canal C), decidió abrir su corazón y hablar de todo mano a mano con Fabiana Dal Prá.
Así, Chapita contó cómo fue el día en que su mamá se enteró que ella era boxeadora. “Iba a un colegio religioso y las monjas me vieron en una nota del diario. Llamaron a mis padres, pero solo mi papá sabía…” dijo entre risas. “Yo estaba becada y me podían quitar ese beneficio”, agregó e hizo notar que su madre perdió la tranquilidad por varios motivos en aquella curiosa tarde.
Su familia, parte fundamental
Carolina fue la primera cordobesa en obtener licencia de boxeadora y remarcó la importancia del apoyo para todos los logros que obtuvo. Con una familia numerosa, aseguró que fue su padre quien siempre la acompañó y la guió en su carrera. “Su muerte fue durísima”, dijo entre lágrimas al recordarlo.
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Luego de aquella pérdida, su madre decidió asistir por primera vez a una pelea, cuando iba en busca de su segundo título del mundo. “Mi mamá no aceptaba que le peguen a su hija”, explicó. Y también se emocionó al hablar de sus hermanos: “Algo que me reprocho es que quizás me hace falta decirles más seguido cuánto los amo”.
Fin al boxeo para ser mamá
Chapita pegó alto en el boxeo. Para ello rompió con muchos prejuicios, entrenó “a la par de los hombres” y convenció a entrenadores y representantes que en un principio dudaron de sus capacidades.
Pero su carrera y su vida llegaron a un punto en la que ella decidió decir basta. “Un día de la madre dije ‘no voy a boxear más, quiero ser mamá’”, explicó mientras recordaba cómo fue ese particular momento.
Así fue como colgó los guantes una boxeadora que recorrió el mundo representando a la Argentina y nunca quiso dejarse llevar por el éxito: “Mi papá siempre me decía que el cinturón de campeona va en la cintura, no en la cabeza. La fama te lleva a lugares que no estás acostumbrada, pero tenés que saber dónde estás parada”.
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Paloma dejó su huella
El golpe más duro, más allá de cualquier trompada en una pelea o entrenamiento, fue la muerte de su hija Paloma. La beba nació prematura y, tras algunos días de luchar imitando a su madre, falleció en un hospital.
“Paloma vino para unir a la familia. No le reprocho nada a Dios de por qué me la quitó”, reveló Chapita con gran emoción y contó que lo sucedido la ayudó a acercarse con varios de sus hermanos, de quienes estaba distanciada.
“El boxeo te hace fuerte y el dolor a veces se hace más tenue. Pero queda un vacío”.
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