Los defensores Alan Ruschel y Helio Neto y el arquero Jackson Follmann fueron los únicos tres futbolistas del club Chapecoense de Brasil que sobrevivieron a la tragedia área que dejó 71 muertos, el 28 de noviembre del año pasado en Colombia.
Sus 19 compañeros, más el cuerpo técnico y los dirigentes, integraron el listado de 71 víctimas fatales de un accidente que conmocionó al mundo del fútbol y al planeta entero.
Primero fue Ruschel el que volvió a entrenar y, esta semana, se le sumó Neto, a quien se vio trotando, junto a su compañero, al borde del campo del Estadio Arena Condá.
Aunque se descartó una operación en su columna, hay que esperar para saber cómo responde su rodilla derecha. "La rodilla ganó estabilidad y las condiciones son muy favorables. Le vamos elevando las cargas", señaló Carlos Mendonca, médico de Chapecoense. Por ahora, no está confirmado que pueda volver a jugar, aunque el defensor de 31 años así lo sueña.
Mirá más: La azafata sobreviviente de la tragedia de Chapecoense necesita ayuda
Por su parte, el tercero de los sobrevivientes, volvió a caminar gracias a la colocación de una prótesis en su amputada pierna derecha. Jackson Follmann está aprendiendo a trasladarse con su pierna ortopédica y tiene planes de seguir su carrera en el deporte paralímpico.
Con 24 años, el arquero se encuentra realizando un tratamiento de recuperación en San Pablo. "Voy a tratar de familiarizarme con mi nuevo cuerpo y espero adaptarme rápido. Voy a practicar para lograr una mayor seguridad. Y quién sabe si pueda estar en unos Juegos Paralímpicos de aquí a unos años. Hay muchas cosas que quiero hacer, y en primer lugar voy a aprender todo sobre mi nueva condición", dijo Follmann al portal Veja.
Además de la amputación, Jackson fue operado del tobillo izquierdo. Mientras se recuperaba en el hospital de Chapecó, conoció a Renato Leite, un jugador de voley paralímpico que comenzó a visitarlo. "Tengo curiosidad por saber cuáles son las opciones para las personas con prótesis. Pero ahora es el momento de recuperar", comentó.
A pesar de haber sido profesional, convertirse en atleta paralímpico no será fácil ya que no existe la competencia de fútbol para amputados en los Juegos Paralímpicos. Follmann debería iniciarse en otro deporte. Según los especialistas, le llevaría entre entre dos y tres años correr de forma natural con la prótesis. Igualmente, no pierde las esperanzas.