Con un LeBron James en modo Dios y un triple decisivo de Irving para romper el empate cuando solo faltaban segundos, Cleveland le ganó el séptimo partido a Golden State por 93 a 89 y se quedó con el anillo por primera vez.
James demostró por qué es uno de los jugadores más imponentes de la historia. 27 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias fueron la clave para frenar a los campeones defensores. Además, en el cierre voló para meter este tapón impresionante:
Luego de ese bloqueo, Kyrie Irving terminó de cocinar el título. Sobre Stephen Curry, lanzó un triple imposible y rompió el 89 iguales.
Justamente, Curry, el jugador más valioso de la temporada, no tuvo una gran noche. Además de sumar varias pérdidas de balón, solo convirtió 4 de 14 triples, su especialidad. Draymond Green fue el líder de los ya subcampeones con 32 unidades y 15 rebotes.
Así, Cleveland se convirtió en el primer equipo en dar vuelta un 1-3 en una serie final de la NBA. "Volví a la ciudad para ganar un campeonato. Di todo. Mi sangre, mi corazón, mi sudor, mis lágrimas. Contra todo pronóstico, siempre nos costó", expresó LeBron. A los 31 años, el Rey ganó también el premio al jugador más valioso de las finales y escribió una página más de la leyenda.