Un amor sin límites. Jeremías Maldonado decidió ponerse la camiseta por su familia y el club que lo vio crecer. Con tan solo 20 años, pausó su futuro en las inferiores de Instituto para volver a jugar en Atlético Libertad.
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El equipo no pasaba el mejor momento en la Liga Cordobesa de Fútbol y estaba a punto de descender. Ricardo, el papá del joven y el DT del equipo, sufría con cada partido y Jeremías pensó que era el momento ideal para volver a dar una mano. “Necesitaba volver y sentir el aire a la libertad”, dijo Jeremías en Seguimos en El Doce.
“Necesitaba ayudar a mi viejo que es al que más veía sufrir porque sábado a sábado los resultados no salían. Aposté a esto. No soy un salvador pero vine a aportar mi granito de arena para ayudar al club”, explicó.
Jeremías hacía de alcanzapelota cada fin de semana que no tenía que viajar con Instituto. Una tarde de mayo volvió a ver perder a Libertad y tomó la decisión. No había vuelta atrás. “Estábamos mal y él salió con esa idea”, comentó Ricardo.
Sin embargo, su papá le abrió los brazos con una condición: “Yo le dije que si iba a venir, su sueño no se tenía que estancar acá. Después de esto tiene que seguir volando”. En ese sentido, el entrenador del equipo confesó que son un club “humilde” pero de donde “salen varios jugadores”.
El apellido Maldonado está muy vinculado al club. La historia familiar se relaciona con Libertad. Marcelo, el presidente de la institución, es el hermano de Ricardo y el tío de Jeremías. Ahora el joven pelea para que Libertad permanezca en la Primera A de Liga Cordobesa y sueña con seguir creciendo en su carrera futbolística. Las esperanzas de convertirse en un jugador profesional siguen vigentes.