La historia de película tuvo el final más feliz. Ese que todo el mundo del fútbol esperaba: ver campeón a equipo chico, de esos que nunca cuentan con los millones de los grandes pero sí con un corazón a prueba de balas.
Con uno de los presupuestos más bajos de la Premier League, los "Foxes" dieron la vuelta olímpica sin jugar. El empate del Tottenham ante Chelsea (2-2) puso fin al suspenso y dio paso a los festejos. La unidad del equipo fue clave hasta el final: todos los jugadores se reunieron en la casa del goleador Jamie Vardy para dar rienda suelta a la locura. Mirá el video de los festejos:
Precisamente, la historia de Vardy resume el espíritu del nuevo campeón inglés. Hace cuatro años y medio, el delantero que convirtió 22 goles en la presente temporada jugaba en la séptima división. Lejos de la gloria, fuera de la cancha tenía una vida problemática y hasta debió usar una tobillera electrónica durante un año tras una pelea callejera.
En agosto de 2011, lo compró el Fleetwood de la quinta división y metió 30 goles. Ahí lo vio el Leicester, que lo adquirió cuando militaba en segunda división en 2012 y de su mano llegó a lo máximo. El 21 de mayo de 2016, el DT de la selección inglesa, Roy Hodgson, lo convocó. El debut fue ante Irlanda, ingresando nada más y nada menos que por el capitán Wayne Rooney. Mirá sus 22 goles:
En varios momentos, el argentino Leonardo Ulloa compartió delantera con Vardy. El ex San Lorenzo convirtió 6 goles y uno de ellos ante Norwich provocó un "sismo" por el estallido de los 31 mil hinchas. Video:
Ranieri, del ocaso a la resurrección
El entrenador transitaba los últimos momentos de su carrera cuando el Leicester lo contrató. Nadie pensaba que un verdadero "personaje" lograría tanto: empezó regalándole pizza a los jugadores por cada triunfo y convirtió apellidos desconocidos en los mejores de la Premier. "Somos como Forrest Gump, no podemos dejar de correr", declaró en plena temporada. ¿Cómo vivió la definición? En la casa de su mamá, en Italia, comiendo pasta.