En las últimas horas del domingo, la Policía detuvo a Matías y Cristian Oliva, oriundos de Monte Cristo, tras el violento episodio que se vivió durante el clásico Belgrano-Talleres, cuando un joven fue arrojado al vacío desde la popular Willington. Se trata de dos hombres mayores de edad que están unidos por un vínculo familiar: son padre e hijo.
Mientras tanto, en las primeras horas de este lunes, la policía logró dar con otros dos hinchas involucrados en el tremendo incidente. Ellos son Raúl Vergara y Paulo Robledo, el último de 18 años de edad.
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La fiscal de Instrucción, Liliana Sánchez, los imputó por el delito de tentativa de homicidio agravado por la ley de espectáculo deportivo. Aún no detuvieron al instigador conocido como "Sapo" Gómez, quien acusó a Emanuel Balbo de ser hincha de Talleres cuando éste lo reconoció como el asesino de su hermano menor.
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Según informó el subdirector del Hospital de Urgencias, Maximiliano Tittarelli, a ElDoce.tv, el pronóstico de Emanuel Ezequiel Balbo, de 22 años, es "reservado y crítico".
Además, agregó que presenta un "deterioro cerebral gravísimo" y que se le retiraron las drogas, por lo que "deberán esperar 24 horas para que se purifique la sangre". Se espera que este lunes le puedan realizar los estudios correspondientes sobre la actividad cerebral.
El padre del joven, Rubén Balbo, aseguró con mucho dolor que “tiene el uno por ciento de posibilidades de salvar su vida”.
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