La final del Reducido de la C dejó una imagen tan impactante como indeseada: Isaías Olariaga, de San Miguel, y Javier Velázquez, de CADU, fueron a disputar la pelota y terminaron chocando duramente las cabezas.
De inmediato, los compañeros de ambos comenzaron a hacer señas, desesperados, para que los asistieran. Mirá el video.
Ante la gravedad de la situación, intervino rápidamente Yael Falcón Pérez, el árbitro del partido, que además es guardavidas.
“Veo que el jugador de San Miguel está convulsionando. Cuando uno está boca arriba, la mayor causa de muerte es por la lengua que impide que la persona pueda respirar. Lo que uno hace es ponerlo en una posición de seguridad, lateral, para que la lengua se corra y le permita respirar”, contó el juez.
La reacción de Pérez fue decisiva porque la vida de Olariaga corría serios riesgos.
Pero la actuación ejemplar del árbitro no terminó ahí porque después se lo pudo ver acompañando a la familia del jugador que fue trasladado al hospital donde quedó internado con hundimiento y aplastamiento de cráneo.