Martes 19 de octubre de 1976. Cancha del Club Comunicaciones, en el barrio porteño de Agronomía. El director técnico de Argentinos Juniors, Juan Carlos Montes, decidió que el momento había llegado: aquel adolescente de 15 años tenía que debutar en Primera División.
Llamó a Diego Armando Maradona y le dijo: “Mire que mañana va a ir al banco de Primera, ¿eh?”. Ante la incredulidad del por entonces desconocido joven, el entrenador arremetió nuevamente: "Sí, va a ir al banco de Primera. Y prepárese bien porque usted va a entrar". Pasaron 46 años de aquel diálogo que se convirtió en histórico.
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La emoción del Pelusa fue tal que corrió a llamar a Don Diego y a Doña Tota, sus padres, para comunicarles la noticia. Orgullosos porque su Dieguito iba a hacer su aparición oficial, le contaron a los vecinos y la noticia se propagó por todo Villa Fiorito. No lo sabían, pero esa especie de estrella de Belén futbolera marcaba el inicio de una carrera que iba a cambiar la historia del deporte mundial.
Un día inolvidable
Ese miércoles 20 de octubre de 1976, Maradona estaba a diez días de cumplir 16 años. Tomó el colectivo desde Fiorito a Puente Alsina y de ahí se dirigió a la "concentración" del plantel del Bicho, en un bodegón ubicado en la esquina de Jonte y Boyacá, en pleno barrio de La Paternal. Bife con puré y, de postre, la charla técnica del DT. Acto seguido, fueron caminando hasta la cancha, mezclados entre la gente.
¿El rival? Talleres, el fenómeno del fútbol cordobés. El que desplegaba un juego vistoso en toda Argentina y enarbolaba la bandera del interior del país. "Lo primero que me impactó fue ver a la hinchada de Talleres, ¡había cordobeses por todos lados!", recordó el propio Maradona en su libro autobiográfico, Yo soy el Diego de la gente.
"Fuimos hasta la cancha mezclados entre la gente. ¡No nos conocía nadie! Y encima eran todos cordobeses. '¡Soy Taaaieere, Taaaieere, io soy', gritaban, con su tonada inconfundible", rememoró.
Cabe destacar que aquel Talleres de la segunda mitad de la década del 70 marcó época de la mano de Amadeo Nuccetelli, el presidente del club de Barrio Jardín por ese entonces.
Arrasaba en el plano local, por Liga Cordobesa, y peleaba hasta el último en los campeonatos nacionales. La vez que más cerca que estuvo fue el 25 de enero de 1978, cuando Independiente le arrebató el título con tres jugadores menos.
Tal era el predominio albiazul que tuvo tres jugadores citados para el Mundial de Argentina 78: Luis Galván, Miguel "La Cata" Oviedo y Daniel "La Rana" Valencia.
El partido
En cuanto al cotejo, correspondiente a la octava fecha del Nacional 76, la "T" comenzó ganando con un gol de Luis "El Hacha" Ludueña. La superioridad del conjunto dirigido por Rubén Bravo era tal que el mismo Pelusa calificó como "un toque bárbaro" el que le estaban propinando a Argentinos.
Antes del final del primer tiempo, Montes giró la cara hacia Maradona y le clavó la mirada. "Lo hizo como preguntándome: '¿Se anima?'. Yo le mantuve la mirada y ésa, creo, fue mi respuesta". Después de calentar, la leyenda contó que el entrenador se acercó al adolescente de frondosa cabellera y le murmuró: “Vaya, Diego, juegue como usted sabe. Y si puede, tire un caño”.
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Obediente, con el número 16 en la espalda, el mocoso ingresó en lugar de Rubén Giacobetti. En una de sus primeras intervenciones se despachó con un tremendo "ñoca" a Juan Domingo Patricio Cabrera, mediocampista derecho del Matador. Las tribunas del estadio, que años después llevaría su propio nombre, se vinieron abajo ante la "insolencia" del zurdito.
El damnificado del túnel le contó a El Gráfico el "orgullo" de haber sufrido el primer caño de la carrera de quien se convertiría en un "D10S" para la cultura argentina. "Claro que es un orgullo; si me lo hacía Ruggeri hubiese sido distinto, pero me lo hizo Diego. Yo no fui tan malo como futbolista, pero sé que pasé a la historia por ese caño”, expresó.
A pesar del desequilibrio del Pelusa, el encuentro terminó 1 a 0 a favor de Talleres, que aquel día formó con Oscar Quiroga; Victorio Ocaño, Luis Galván, Miguel Oviedo, José Avellaneda; Juan D. Cabrera, Luis Ludueña, José D. Valencia; Ángel Bocanelli, Humberto Bravo y Ricardo Cherini. Ese equipazo albiazul llegó hasta semifinales del Nacional, en donde cayó ante River, que luego sería subcampeón.
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Por su parte, los medios de la época se hicieron eco del debut del jovencito Maradona. La Voz publicó su nombre como "Maladona", pero no fue el único diario que erró el deletreo. En 1971, Clarín se había referido al Diego como "Caradona", cuando la versión aniñada del Diez entretenía a base de jueguitos y malabares con la pelota a los hinchas de Argentinos en los entretiempos.
Aquel Dieguito, feliz por su primera experiencia en Primera, atesoró la camiseta 16 que usó y se la regaló a Doña Tota. Ni se imaginaba que había escrito los primeros trazos de una de las historias más gloriosas del fútbol argentino.