Como cada año, el Rally Dakar nos brinda historias de vida increíbles y, en esta edición 2017, el nombre de Philippe Croizon no pasará desapercibido y todos nos haremos hinchas de él.
Este francés de 48 años se convertirá en el primer competidor en disputar la carrera más difícil del mundo sin tener brazos ni piernas.
En marzo de 1994, Croizon sufrió una descarga eléctrica de 20 mil voltios cuando intentaba arreglar la antena de su casa. Los médicos le salvaron la vida pero se vieron obligados a amputarle las cuatro extremidades debido a las quemaduras.
Lejos de entrar en depresión, Philippe se volcó al deporte para encontrarle sentido a su vida. Cómo será que se entusiasmó que, a pesar de no saber nadar en el 2008, cruzó nadando el Canal de la Mancha, dos años después. En 2010 cruzó los estrechos que separan África y Asia, y Asia y Oceanía.
Amante del automovilismo desde siempre, se propuso correr el Dakar y consiguió la autorización de las máximas autoridades para hacerlo con un vehículo adaptado. El sistema ya fue probado en la prueba española Baja Aragón y en el Rally de Marruecos, donde terminó decimoquinto.
Su Buggy tiene una caja de cambios automática y se maneja a través de dos joystick. El primero ubicado a la derecha, le permite acelerar, frenar y controlar la dirección del auto con su muñón. Con el izquierdo cambiará las marchas y accionará luces y demás elementos electrónicos del vehículo.
Esta tecnología, realizada por el preparador Yves Tartarin, tuvo un costo de 67.000 euros, según el diario Le Parisien. El principé catarí Nasser Al Attiyah, también competidor y ganador del Dakar, le donó 100.000 euros.
Además, contará con el acompañamiento de un equipo de asistencia de 12 personas. Así posaban juntos antes de la largada en Asunción del Paraguay.