Javier Mascherano demuestra su grandeza adentro y afuera de la cancha, en cada paso que da. El Jefecito interrumpió sus vacaciones en México para visitar una escuela de la ciudad de León. Allí compartió un hermoso momento con los alumnos del Instituto Oviedo.
Pero uno de ellos no pudo aguantar la emoción. El niño, vestido con la camiseta del Barcelona, se largó a llorar después de hacerle una pregunta a Masche. El futbolista argentino se conmovió, le dijo “no llores, ven” y levantándose de su silla se fundió en un abrazo con el pequeño admirador.
En la escuela mexicana, Mascherano volvió a mostrar su sencillez. Los medios locales remarcaron que jamás mostró "la divinidad de ídolo" y sí fue "un amigo de la gente" con quien compartió su historia de éxito en el futbol y en la vida. El volante estuvo una hora en el lugar, se sacó decenas de fotos y firmó cientos de autógrafos. También habló de Lionel Messi a quien describió como un ser lleno de humildad.
La herida de la final perdida ante Chile en la Copa América no cerró para Javier. Al terminar ese partido, se mostró muy conmovido y su frase "quizás sea yo", generó dudas respecto a su futuro con la celeste y blanca. Algo que, a las pocas horas, el jugador pudo aclarar.