¡Enorme, inmenso, gigante, único, maravilloso, majestuoso! Las calificaciones sobran a la hora de hablar de Roger Federer, para muchos el mejor tenista de todos los tiempos.
El ex número uno del mundo le ganó a su compatriota Stan Wawrinka en la semifinal del Abierto de Australia, el primer Grand Slam (los cuatro torneos grandes) del 2017.
En un partido muy parejo, Federer ganó por 7-5, 6-3, 1-6, 4-6 y 6-3. Ahora, todos esperan que enfrente en la final al español Rafael Nadal, otro gigante recuperado de sus lesiones, que debe vencer a Dimitrov.
Roger no llegaba a una final de Grand Slam desde el US Open 2015. Con los dos grandes candidatos, el britanico Andy Murray y el serbio Novak Djokovic eliminados, el suizo se convirtió en el preferido para ganar su quinto Australian Open (2004, 2006, 2007 y 2010).
"Voy a dejar todo acá en Australia, y si no puedo caminar por cinco meses, por mí está bien", dijo después del triunfo. Cuando le consultaron por la chance de enfrentar a Nadal en la final, respondió: "Con Rafa hace unos meses estábamos más para jugar un partido de caridad. Y hoy podemos jugar una final de Australia. Es increíble".