Javier Fernández tiene tan solo 25 años, pero un gran futuro por delante. Es de barrio Pueyrredón y llegó a Fundación Empate, la primera escuela de fútbol para chicos y chicas con Síndrome de Down (hoy también cuenta con clases de tenis, arte y música), desde el inicio. Sin embargo, jamás imaginó que en menos de dos años se convertiría en el primer arquero cordobés en integrar la Selección Argentina y además jugar el mundial de fútbol que se disputará en Ribeirao Preto (Brasil) desde el 28 de mayo al 5 de junio.
¡Un sueño cumplido! Germán Laborda Soler, director de la fundación, lo acompañará en este momento único e inolvidable. “Es un orgullo muy grande de haber contribuido a su crecimiento, un sueño cumplido. Es una señal de que se puede”, aseguró emocionado en diálogo con ElDoce.tv desde Buenos Aires, donde llegaron este domingo para concentrar junto al equipo y emprender la aventura hermosa de jugar una Copa del Mundo.
Desde que Javier fue convocado, jamás dejó de entrenar. Concentraba, iba al gimnasio y hasta viajaba a Buenos Aires para entrenar junto a sus compañeros. Nunca se dio por vencido. Sorteó cada obstáculo que se le puso en el camino y dejó entrever que era el mejor arquero. “Cada vez que le exigíamos, él nos respondía. Estamos muy felices de poder acompañarlo”, agregó Germán, la cabeza de Empate.
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Emoción, adrenalina y muchas sensaciones juntas atraviesan por su cabeza. Javi aún cree que es solo un sueño. Sin embargo, la fe es mucho más fuerte y está convencido que va a traer la copa. “Estoy feliz. Ojalá pueda seguir adelante por todos los que me apoyan, mi familia, mi hermano y mis compañeros de Empate. Así que estoy entrenando mucho, por todos ellos”, indicó.
Con respecto a sus compañeros de la Selección, aseguró que "es un grupazo". "Vamos a traer la copa como sea y la voy a llevar a Córdoba. Tengo mucha fe, estoy seguro que vamos a ganar", sostuvo con firmeza.
De Empate FC a la Selección Argentina
Todo comenzó cuando Germán Laborda Soler creyó en sus alumnos y apostó a ellos. Muy seguro de que cada uno estaba preparado para dar un paso adelante. Fue así como trabajó día y noche para lograr el contacto con la selección argentina de futsal con sede en Buenos Aires y traerla a Córdoba.
La prueba comenzó con siete jugadores, luego solo tres lograron superar las exigencias. Pero los profesores quedaron encantados cuando vieron el nivel de Javier y su disciplina frente al arco. Un verdadero profesional que demostró día a día, durante largos meses, que podía ser el titular y finalmente lo consiguió: hoy es el arquero de la celeste y blanca.
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