Sólo un par de ojotas y la base de la cama tendida les hará falta a las estrellas del combinado argentino, para sentarse cómodos frente al televisor, tomar los joysticks y empezar con los entrenamientos. No importa si están en Europa o a la vuelta de la esquina, el costo energético de la práctica será el que les consuman los pulgares.
Desde la llegada de Jorge Sampaoli al equipo albiceleste, se puede practicar toques rápidos, paredes, desmarques, ataques combinados y "mojadas de orejas" al defensor desde la comodidad de la casa. Sólo se necesita un software.
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Se trata de Sandball, un juego interactivo diseñado a medida para el nuevo técnico que permite reproducir las estrategias, técnicas y tácticas utilizadas en los partidos de fútbol. Se diferencia de los videojuegos FIFA o PES en que los que están dentro de la cancha no actúan de manera predeterminada.
Con la adaptación de características futbolísticas determinadas para propios y rivales, y la simulación de algunas jugadas, se puede lograr que los dirigidos comprendan mejor qué y cómo es lo que se debe hacer dentro de la cancha.
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Por ejemplo, se puede asignar a un lateral cualidades de lento, fuerte y alto. Entonces el delantero que deberá enfrentarlo podrá saber, de antemano, que debe encarar por abajo o tirar la pelota larga. "Podemos ver lo que hacen y darnos cuenta de sus errores", puntualizó Sampaoli hace un tiempo en declaraciones a Radio América.
El método es aplicado por el entrenador desde hace dos años en otros equipos. Según sus ayudantes técnicos, el sistema permite ahorrar tiempos en charlas, acortar distancias y sugerir al jugador que tome una postura más activa en la preparación.
Mediante el pago de medio millón de dólares, la empresa Mego Limitida transformó en unos y ceros las ideas del entrenador.