Justo en el ingreso de su casa Héctor “Pichi” Campana tiene una pequeña mesa que resume dos de los aspectos más importantes de su vida. El primero -y más conocido- es el básquet, representado por una vieja camiseta con el número cinco.
El segundo está sintetizado en varias fotos, todas de su familia. El histórico referente de Atenas y actual presidente de la Agencia Córdoba Deportes se sumó a Seguimos en El Doce para hablar de este aspecto más íntimo.
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Acompañado por su pareja, Lorena Torrez, confesó que terminaron juntos gracias a un estado de Blackberry hace más de una década. “Tuvimos un par de años clandestinos, nos buscábamos y en un momento me sacó corriendo”, comentó entre risas el exbasquetbolista.
“Un día escribí en el estado de Blackberry: ‘Casi dos años, mucho tiempo, ¿no?’. Al ratito me contestó: 'Si, mucho tiempo'. Le pregunté si estaba en su casa, salí para allá y me planté hasta que salió y acá estamos. Con hijos, nietos, todo”, agregó.
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La pareja contó cómo es vivir como familia ensamblada y resaltaron que les encanta que las reuniones siempre sean numerosas. “En los asados de todos los domingos somos siempre por lo menos 15 en la mesa”, celebraron.
De padre a político
La vida familiar de Campana también tuvo una importante influencia en su carrera política. Su primera hija, Natasha, nació con una condición cardíaca congénita por la que tuvo que someterse a varias operaciones con apenas 40 días de vida.
Esta experiencia llevó al deportista a impulsar la Fundación Corazoncito. Su actividad en el tercer sector lo acercó a la gestión pública, que terminó llevándolo a ser concejal, vicegobernador, legislador y, ahora, presidente de la Agencia Córdoba Deportes.