Como venimos nombrando hace unas semanas, el torneo de Fútbol Infantil se encuentra en los octavos de final y es fase eliminatoria. Equipo que pierde queda eliminado de la competición.
Una vez finalizados cada uno de los encuentros, a los jugadores y cuerpo técnico del elenco derrotado se le hace un reconocimiento por su participación con una medalla gentileza Casa Triunfo. Esto es un acto que suele ocurrir en todas las competiciones y disciplinas cuando transitan una fase de eliminación.
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Después de la entrega y premiación a los futbolistas, se puede ver cómo -con una entendible angustia y bronca- se retiran del campo de juego para dirigirse al Tercer Tiempo, liderado por Sebastián Brusco y el “Tano” Spallina.
Una vez finalizada la charla, la cámara del fotógrafo del programa, Damián Reyna, captó una imagen que habla por sí sola y nos deja una gran enseñanza. En la foto se puede ver a Elías Canónico apoyado al alambrado que rodea la cancha de fútbol, con su medalla de reconocimiento colgada en su cuello y la frente bien en alto.
Elías no dejó tirada su medalla, ni se la sacó con enojo y mucho menos abandonó el predio. El jugador de Tío Pujio se retiró con mucho respeto y orgulloso de su desempeño.
Así como siempre se resaltan las malas actitudes, éste es un acto muy noble que merece ser destacado y del que muchos deberían aprender.