La espuma de la final del Mundial de Qatar va bajando lentamente y las heridas en los corazones franceses empiezan a cicatrizar. Aurélien Tchouameni y Kingsley Coman, los dos jugadores galos que erraron sus penales ante Dibu Martínez, rompieron el silencio después del trascendental encuentro en Lusail.
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El primero en expresarse fue el mediocampista del Real Madrid, que admitió su cuota de responsabilidad en los lanzamientos ya que fue el primero en fallar en la tanda. "Habrá tiempo para digerir la amargura y la frustración. Hasta el final, se ensayó todo. Yo asumo mis responsabilidades, eso no anduvo y soy el primer desilusionado", manifestó.
Luego, Tchouameni se mostró optimista por el futuro de Les Bleus: "Yo estoy seguro de que el futuro del equipo de Francia se anuncia radiante, sobre todo si podemos contar con ustedes (los hinchas) a nuestro lado".
Por su parte, Coman evitó mencionar el penal que Dibu Martínez le tapó y agradeció a los fanáticos franceses por el apoyo. "Gracias por sus mensajes de apoyo. Fue una aventura increíble y podemos estar orgullosos de lo que hicimos. Decepcionado y triste, pero no derrotado", aseguró.
La frustración de Coman tras el penal contenido por Dibu Martínez.
Las idas y vueltas de Tchouameni con la Selección Argentina
El volante central estuvo en el medio de una serie de dichos que involucraron a jugadores de la Scaloneta. Previo a la final, había dicho que Kylian Mbappé era el mejor del mundo y que iba a demostrarlo en el partido definitorio en Lusail. Sus expresiones fueron en clara alusión a Lionel Messi, al que Antoine Griezmann, figura de Francia, había señalado como el futbolista "número 1" del planeta.
Una vez consumada la victoria albiceleste, el Dibu Martínez festejó en Mar del Plata la obtención del título y habló del juego mental que implementó ante Tchouameni. "Cuando atajo el primero en una final del Mundo yo sabía que el otro (por Tchouameni) iba a estar nervioso y le traté de jugar mentalmente tirándole la pelota lejos, hablándole y jugar con eso. La tiró afuera, se cagó todo", expresó ante alrededor de 150 mil personas.
A partir de este picante ida y vuelta los medios esperaban declaraciones polémicas de parte del futbolista francés, pero el mediocampista eligió la mesura y no levantó repercusiones de alto perfil.