Dos alertas rojas de Interpol y gravísimas acusaciones en su contra no fueron suficientes para que Jonathan Fabbro se entregue inmediatamente. Tras pensarlo varios días, y por consejo de su nuevo abogado, se terminó presentando ante la Justicia en Puebla, México.
Hasta la semana pasada, el jugador formaba parte del plantel de los Lobos de BUAP. Surgió de Boca, se destacó en el fútbol paraguayo y en la Selección de ese país y años atrás lo contrató River, aunque pasó sin pena ni gloria.
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Precisamente, la primera acusación en su contra partió de la familia de su ahijada, radicados en Argentina. Según denunciaron, la pequeña de apenas 11 años fue manoseada, forzada a practicar sexo oral e inclusive le eyaculó en la boca. La segunda demanda fue realizada en Paraguay. Aunque no se conocen mayores precisiones, la víctima también sería menor y del entorno de la modelo Larissa Riquelme, quien hasta hoy lo defiende y cree en su inocencia.
El abogado de Fabbro, Rodolfo Bacqué, anticipó que como parte de la nueva estrategia de defensa pedirán la extradición para que sea juzgado en Argentina. Antes habían reclamado la eximición de prisión, algo que fue rechazado.