Dicen que el amor de cualquier deportista por los Juegos Olímpicos es inmenso y, por eso, no resulta extraño que otro amor haya florecido en plena competencia.
En Beijing 2008, Kate y Helen se enamoraron mientras compartían equipo en Gran Bretaña. El flechazo fue instantáneto y desde allí se hicieron inseparables. También disputaron juntas Londres 2012.
"Nadie dice nada sobre nuestra relación, hay un ambiente maravilloso en el vestuario", agradeció Kate.
En 2013, pasaron por el civil y dieron el sí. Así, a los 35 y 34 años, las Richardson-Walsh se convertirán en Río 2016 en el primer matrimonio entre personas del mismo sexo en participar de unos Juegos.
"En principio hubo algún comentario en el equipo, pero hace tiempo que nadie dice nada sobre nuestra relación, hay un ambiente maravilloso en el vestuario", celebró Kate, que será capitana de su selección. "En el equipo siempre ha habido mujeres de todo tipo y hemos sido claras sobre qué nos gusta en términos de sexualidad. No es algo tabú, es algo que nos hace estar orgullosas", destacó.